miércoles, 4 de marzo de 2009

El Cid

Una manera algo más amena de explicar el Cantar de Mío Cid puede ser aprovechando uno de los capítulos que estrenó TVE sobre la ruta recorrida por El Campeador. Ahí va una unidad didáctica explicando su utilización:

Rapsodas en el barrio



¿Quién dijo que la poesía clásica estada desfasada? Los RAPSODAS EN EL BARRIO son un grups de Orcasitas, vecinos nuestros, que se dedican a versionar a Lope de Vega, Espronceda, Góngora o Calderón. El resultado: los autores clásicos en temas de hip hop. Suenan de lo más actual...

Para presentarlo en clase, no hay como leer los textos originales y después escuchar las versiones de estos chicos. Aquí podemos escuchar "Propiedades que tiene el dinero", y después compararlo con el texto original del Arcipreste de Hita.

Aquí les tenemos rapeando algunos fragmentos

¿Asociales?

El martes publicaba Savater en El País un artículo titulado "Educadores asociales", en el que abogaba, entre otras cosas, por el derecho de los profesores a educar a los alumnos, y no solo transmitirles conocimientos.

Lo que puede parecer obvio, sobre todo para los que nos dedicamos a la Enseñanza (así, con mayúsculas) es algo bastante desvirtuado hoy en día, con las protestas por Educación para Ciudadanía y el afán segregador por sexos que se promueve desde algunos ámbitos.

Habla Savater de la importancia de que los padres eduquen a sus hijos, y, a la vez, del derecho de estos niños a recibir diferentes opiniones, a contrastar criterios, a formarse una visión crítica del mundo que les rodea y con el que se encontrarán de frente cuando dejen los centros escolares.

No suelo compartir opiniones con el filósofo donostiarra, pero este artículo me ha parecido necesario en los tiempos que corren para la Enseñanza Pública, sobre todo por los Madriles, donde parece que desde la Administración se afanan por empeorar cada vez más las condiciones de nuestros colegios e institutos.

Estamos formando, en unas condiciones casi precarias, a ciudadanos autómatas, sin criterios, sin una cultura general básica, sin apego al conocimiento. Y la única manera de cambiar esto es lograr que nuestros niños y adolescentes piensen por sí mismos, contemplando la realidad en la que viven y posicionándose ante ella de manera crítica y propia.